Arriendo con Compromiso de Compra: Qué Debes Saber

Comprar una casa en Chile no es tarea fácil. Los precios suben, los créditos a veces no son tan fáciles de obtener y el pie inicial parece cada vez más lejano. En ese contexto, el arriendo con compromiso de compra se presenta como una alternativa para arrendar hoy y comprar mañana.
Pero ojo: no es una solución universal ni tampoco mágica. Es una figura que puede funcionar para algunas personas y situaciones, pero que también tiene sus riesgos y condiciones.
Si estás evaluando esta opción, aquí te contamos cómo funciona, qué deberías tener en cuenta y por qué es importante revisar bien la letra chica antes de firmar nada.
¿Qué es el arriendo con compromiso de compra?
En simple: es un acuerdo en el que arriendas una propiedad con la posibilidad (y a veces la obligación) de comprarla más adelante.
Es como una especie de “noviazgo inmobiliario”: todavía no te casas con la casa, pero estás considerando hacerlo en el futuro.
Este tipo de contrato suele incluir:
Un arriendo mensual, como cualquier otro.
Un plazo definido (por ejemplo, 2 o 3 años) al cabo del cual puedes, o debes, comprar la propiedad.
A veces, un porcentaje del arriendo se descuenta del precio final si decides comprar. No siempre ocurre, pero cuando sí, puede ser un buen incentivo.
La idea suena atractiva, sobre todo si hoy no puedes comprar pero crees que en unos años podrías estar en condiciones.
Pero también hay que tener los pies en la tierra: no todo lo que brilla es oro, y no todas las condiciones son tan favorables como parecen a primera vista.
Y ojo: no solo aplica a casas. También se puede hacer un arriendo con compromiso de compra sobre un departamento, una parcela o incluso una oficina, dependiendo del acuerdo.
¿Cuáles son las ventajas?
El arriendo con compromiso de compra puede ser una buena carta bajo la manga si estás atrapado entre el deseo de tener tu casa propia y las barreras del crédito hipotecario. Estas son algunas razones por las que algunas personas consideran esta opción:
Te da tiempo: si hoy no puedes acceder a un crédito hipotecario, puedes usar el tiempo del arriendo para ordenar tus finanzas, mejorar tu historial crediticio o juntar un pie más sólido.
Fijas un precio hoy: en muchos casos se pacta un precio de compra desde el inicio, lo que puede jugar a tu favor si el valor de la propiedad sube con el tiempo.
Vives antes de comprar: algo que pocos consideran, pero que es clave. Al vivir en la casa que podrías comprar, puedes realmente saber si es lo que quieres a largo plazo.
Puede ser que parte del arriendo se descuente del precio: en algunos contratos, una porción del arriendo mensual se considera abono al precio final. No es lo común en todos los casos, pero cuando pasa, puede ser un plus.
Y si además estás enfrentando un escenario de tasas de interés altas, postergar la compra unos años podría ayudarte a conseguir mejores condiciones más adelante.
¿Y las desventajas del arriendo con compromiso de compra?
Como toda decisión financiera, esta opción también tiene su lado menos brillante.
Aquí es donde hay que poner atención:
No siempre es vinculante: En algunos contratos, el compromiso de compra no es obligatorio. Eso puede sonar flexible, pero también te deja expuesto si el dueño decide no vender al final o cambia condiciones.
Riesgo de perder dinero: Si decides no comprar o no logras financiarte cuando llegue el momento, puedes perder todo lo que pagaste en arriendo, incluyendo posibles abonos.
Precio fijado vs. mercado: Si el precio acordado fue alto y el mercado baja, podrías terminar comprando más caro de lo que vale realmente la propiedad.
Condiciones exigentes: Algunos contratos vienen con muchas condiciones o penalidades. Por eso es clave leer todo con lupa (o con ayuda profesional) antes de firmar.
Recuerda que este tipo de acuerdo debe quedar por escrito en un contrato de arriendo que especifique de forma clara el plazo, el precio de venta, la forma de pago y cualquier otro punto relevante.
¿Cuándo puede tener sentido optar por esta modalidad?
El arriendo con compromiso de compra no es para todo el mundo, pero puede ser útil en ciertos escenarios.
Aquí algunos casos en los que podría hacer sentido:
✅ Estás esperando mejorar tu situación financiera: Por ejemplo, si tienes ingresos variables, estás regularizando tus deudas o recién estás empezando a trabajar como independiente. El tiempo del arriendo te da margen para ordenar la casa (financiera) antes de pedir un crédito.
✅ Tienes el pie, pero no la aprobación bancaria: Quizás ya lograste ahorrar una parte importante del pie, pero el banco aún no te aprueba el crédito. Este sistema te permitiría asegurar la propiedad mientras ajustas los requisitos.
✅ Buscas estabilidad sin apurarte a comprar: Vivir en un lugar que podría convertirse en tuyo te da una sensación de arraigo, sin tener que tomar la decisión final de inmediato. Ideal si estás probando barrio o estilo de vida.
✅ Estás en una etapa de transición: Separación, cambio de ciudad, trabajo nuevo... Si tu vida está cambiando, pero no quieres postergar para siempre la compra, esta modalidad puede darte flexibilidad con cierto compromiso.
Eso sí, no olvides: aunque suene conveniente, sigue siendo una inversión y un contrato legal. No basta con que “parezca buena idea”; hay que revisar las condiciones con calma, idealmente con asesoría.
Y si estás del lado del propietario, recuerda que tú también puedes establecer condiciones específicas para proteger tu inmueble y asegurarte de que el arrendatario cumpla con los términos.
¿Cómo iniciar el proceso?
Si estás interesado en esta opción, el primer paso es evaluar tu situación financiera y hacer una solicitud clara al propietario o la inmobiliaria.
Idealmente, deberías contar con un borrador del contrato para revisar cada cláusula con calma. Y sobre todo: no firmes nada si no estás 100% convencido del compromiso que implica.
Después de todo, estamos hablando de una decisión importante que impacta tu futuro, tu estabilidad y tu próximo posible hogar.
¿Y si no quiero arrendar para comprar?
También está bien. Hay muchas formas de invertir en propiedades o acercarte a tu primera vivienda sin pasar por esta figura. Lo importante es conocer tus opciones y elegir la que más se ajuste a tu situación.
Una de esas opciones, por ejemplo, es invertir en fracciones de propiedades y recibir renta mensual sin tener que asumir el costo total de un bien raíz.
¿Ya conoces Fraccional?
En Fraccional puedes invertir en el mercado inmobiliario desde montos accesibles. Participas en el arriendo, en la plusvalía y puedes vender tu parte cuando quieras.
Es inversión en propiedades, pero sin tener que comprar una entera ni firmar ningún compromiso de compra por adelantado.