Las APV: El Qué, Cómo, Cuándo, Dónde y Por Qué
 - imagen del blog

      Las APV: El Qué, Cómo, Cuándo, Dónde y Por Qué

      ¿Qué es una APV? ¿Vale la pena tener una? ¿Y si ya estoy invirtiendo por mi cuenta, igual sirve? Si alguna vez te hiciste esas preguntas, o simplemente escuchaste el término y pensaste “no sé si esto es para mí”, aquí te lo explicamos sin vueltas: el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué de las APV, para que tomes decisiones con más claridad (y menos siglas).

      ¿Por qué hablar de APV?

      Hablemos de algo que probablemente no suena muy sexy, pero que podría hacer una gran diferencia en tu bolsillo a largo plazo: el Ahorro Previsional Voluntario, o APV.

      Sí, ya sabemos. Solo el nombre da lata. Pero acá va lo interesante: si lo usas bien, el APV puede ser una de las herramientas más potentes para mejorar tu futuro financiero.

      El problema es que sigue siendo un misterio para muchos. O suena muy técnico. O parece “algo que se ve después”.

      Y mientras tanto, el tiempo pasa, las pensiones no mejoran por arte de magia, y las oportunidades de armar una estrategia sólida de largo plazo se van quedando atrás.

      La idea de este artículo es aterrizarte el tema. Sin lenguaje de contador. Sin vueltas. Vamos a revisar lo esencial: qué es, cómo funciona, cuándo conviene, dónde se abre, y por qué (sí, por qué) te puede importar más de lo que crees.

      El Qué: ¿Qué es una APV?

      Piensa en el APV como un ahorro paralelo a tu cotización obligatoria. Es voluntario (lo dice su nombre), pero tiene una diferencia clave con cualquier otro tipo de ahorro: está diseñado con un objetivo claro en mente: complementar tu pensión..

      Y lo hace con una especie de “premio” si te mantienes ordenado: beneficios tributarios y libertad para elegir en qué fondo invertir.

      No necesitas ser experto. Ni poner millones. Solo necesitas decidir ahorrar de forma más estratégica.
      Puedes aportar mes a mes, una vez al año, o cuando tengas un ingreso extra y quieras dejar algo guardado. Tú mandas.

      El Cómo: ¿Cómo funciona una APV?

      La gracia del APV es su flexibilidad. Tú eliges cuánto aportar y con qué frecuencia. No hay un monto mínimo universal (aunque cada institución puede poner sus condiciones), y puedes detener los aportes cuando quieras.

      Ahora bien, el APV no es una cuenta de ahorro cualquiera: los fondos que pongas ahí se invierten, tal como ocurre con tus cotizaciones obligatorias.

      Puedes elegir entre distintos tipos de fondos según tu perfil de riesgo: desde opciones conservadoras hasta fondos más agresivos que buscan mayor rentabilidad en el largo plazo.

      Y aunque este artículo no se va a ir en una bajada tributaria profunda, sí vale decir algo importante: el Estado te entrega ciertos beneficios por ahorrar a través de APV.

      Ya sea para mejorar tu pensión o como parte de tu estrategia general de rentas, esos incentivos existen, y no aprovecharlos es como dejar plata sobre la mesa.

      Hay dos formas de obtener esos beneficios: a través del régimen A (donde recibes una devolución de impuestos hoy) o el régimen B (donde pagas menos impuestos cuando retires la plata).

      Cada uno tiene sus propios usos y dependerá de tus ingresos, tu edad y tus planes a futuro.

      El Cuándo: ¿Cuándo conviene abrir una APV?

      Respuesta corta: mientras antes, mejor.

      Respuesta larga: depende de tu situación, pero sí, empezar temprano siempre tiene ventajas. Porque más tiempo significa más oportunidades de generar rentabilidad con tus aportes.

      Pero si no lo hiciste a los 25, no está todo perdido.

      La APV también puede ser útil si estás cerca de la jubilación y quieres reforzar tu pensión. O si tuviste ingresos altos este año y estás pensando cómo organizar mejor tu plata para el futuro.

      En general, cualquier momento en que tengas capacidad de ahorro (aunque sea poca) puede ser un buen momento para mirar esta herramienta.

      Sobre todo si tienes claro que el sistema previsional, por sí solo, muy probablemente no va a darte la pensión que esperas.

      ¿Un dato? Algunos usan la APV como un mecanismo complementario de inversión, que puede funcionar bien en ciertos períodos del año en los que tienen ingresos extra (como bonos o retiros de utilidades).

      El Dónde: ¿Dónde se abre una APV?

      Aquí es donde se empieza a poner más interesante. Porque el APV no es un producto que tenga una sola versión: hay muchas instituciones que ofrecen esta opción, y cada una con su propia “forma de hacer las cosas”.

      Puedes abrir una APV en:

      • Empresas que gestionan fondos de pensiones (las conocidas AFP).

      • Entidades encargadas de administrar fondos mutuos.

      • Gestoras especializadas en fondos de inversión.

      • Instituciones que manejan fondos orientados a la vivienda.

      • Administradoras generales de fondos, también llamadas AGF

      • Intermediarios de valores

      • Bancos

      • Compañías de seguros

      Todas ofrecen diferentes tipos de fondos, niveles de riesgo, comisiones y plataformas para gestionarlas. Algunas te dan más opciones, otras tienen menos costos, otras son más fáciles de manejar desde el celular.

      Y esto es clave: no todas las APV son iguales. Si vas a comprometer tu ahorro de largo plazo, vale la pena tomarte el tiempo de comparar.

      Ver qué fondos hay disponibles. Revisar cómo ha sido la rentabilidad. Y entender cuánto te va a costar en comisiones mantener esa cuenta abierta.

      Ahora bien, si ya estás metido en el mundo de las inversiones, o te interesa empezar, probablemente vas a notar que el APV es solo una parte del panorama completo.

      Y ahí es donde cobra sentido tener una estrategia más integral, que combine ahorro previsional con otras formas de inversión.

      💡 En Fraccional, por ejemplo, puedes ir más allá del APV y explorar otras opciones para armar una cartera diversificada, como por ejemplo entrar al mercado inmobiliario con una pequeña inversión.

      🎯 El Por Qué: ¿Por qué te debería importar?

      Porque si no haces nada, tu pensión dependerá exclusivamente de tu cotización obligatoria. Y seamos honestos: eso, por sí solo, probablemente no te va a alcanzar.

      El ahorro previsional voluntario (APV) es una forma de tomar el control. De construir un colchón que complemente tu pensión y te dé más libertad financiera en el futuro.

      Y lo mejor: puedes empezar con montos pequeños, ajustados a tu realidad, y con la flexibilidad de aportar cuando puedas.

      Además, es una herramienta que se adapta a distintos perfiles: desde el trabajador joven que recién empieza hasta el que ya está planeando su jubilación.

      Y si bien no es la única opción para planificar tu futuro financiero, es una de las más accesibles y eficientes.

      ¿Vale la pena?

      El APV es una herramienta poderosa para quienes quieren mejorar su pensión y tener más control sobre su futuro financiero. No es mágica, pero bien utilizada, puede marcar una gran diferencia.

      Y si estás pensando en diversificar aún más tus inversiones, hay otras alternativas que también permiten empezar con montos bajos.

      Por ejemplo, Fraccional.cl te permite invertir en fracciones de propiedades desde $100.000, accediendo al mercado inmobiliario sin necesidad de grandes capitales ni créditos hipotecarios .

      Es una forma sencilla y accesible de complementar tu estrategia de ahorro y construir un portafolio más robusto.